La
visita de México a San Pedro Sula ha dejado a todos los mexicanos una cruda
horrible, un muy mal sabor de boca al ir ganando dos tantos a cero en una
cancha “aparentemente” difícil y terminar empatando a dos.
Pero
la realidad es que no es un mal resultado, el problema fue la forma en que se
dio. México no supo mantener la ventaja a dos mostrando sus eternas
deficiencias de marca a balón parado y otro gol de la mano de la CONCACAF, que
no sirve mucho quejarse porque no se puede esperar mucho de estos arbitrajes
tan pobres.
El
empate México lo firmaba desde que se dio a conocer el calendario de las
eliminatorias. Históricamente la visita a Honduras ha sido difícil, pero
tampoco hay que exagerar; al final de cuentas es Honduras, sin quitarle mérito,
no estás visitando en la bombonera a Argentina o en el Maracaná a Brasil.
Honduras
no mostró lo que había mostrado ante Estados Unidos, si bien aprovechó la
salida de Chicharito, más los errores del Maza Rodríguez. Pero en realidad no
fue ese rival que se esperaba, México fue mucho más pero al final queda ese mal
sabor de boca sintiendo que se perdieron 2 puntos y no se ganó 1.
¿Quién
tuvo la culpa?, ¿El Chepo por los cambios?, ¿El árbitro? Desde mi punto de
vista fue todo en general, claro que el árbitro tuvo que ver en el marcador,
pero también es cierto que el Chepo se equivocó en el mensaje que mandó a la
cancha y todo mundo le cuestiona la entrada de el americanista Raúl Jiménez, en
vez de meter a un jugador con más posesión de balón.
Hay
mucha presión en México pero este resultado no fue el problema, sino que México
todavía no se saca la espina del partido inaugural contra Jamaica, ese partido
que cuando te mostraban el calendario cualquiera podría apostar una goleada
mexicana.
Ahora
viene Estados Unidos, los comandados por Jürgen Klinsmann vienen de ganarle a
los “ticos” en un partido de mucha polémica por la cantidad de nieve en la que
se estaba jugando, situaciones que realmente solo pasan en la CONCACAF, siendo
hasta peligroso para el futbolista.
Pero
el punto es que Estados Unidos no escogió Denver por el frío, por tener ventaja
hacia Costa Rica, sino pensando en la altura de la ciudad porque a unos días
estaría jugando en la altura de la Ciudad de México.
Los
Estados Unidos regresan al Azteca después de su último partido que ganó uno a
cero, siempre una derrota contra los del norte es muy dolorosa. Pero el último
partido oficial que jugaron fue en el Rose Bowl, final de copa de oro hace ya 2
años.
Como
dato para este partido sería destacar que el alemán Jürgen Klinsman nunca ha
perdido contra México ni como DT ni como jugador. Ahora veremos como responde México
después de tener el inicio más flojo de la historia- con dos empates-, se viene
el clásico de la CONCACAF y una
estadística negativa enfrentando a Klinsman.
¿Estará
nervioso el Chepo?
Alejandro Cortés
Twitter @zocuu
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